sábado, 26 de enero de 2008

LUCHAR POR UNA CAUSA.


Cuántas veces hemos sentido un vacío porque no tenemos una causa justificada que le de un rumbo a nuestras vidas, a veces nos aferramos a fanatismos como apoyar a ultranza a tal o cual equipo de fútbol, nos metemos a militar a algún partido político o alguna secta religiosa. Sólo así salimos de nuestra apatía pero no siempre encontramos los valores que buscamos y eso nos puede provocar desilusiones mayores, hasta quiebras morales, cuando nuestro equipo o partido solamente pierde o flaqueamos en nuestra fé porque nuestras expectativas no se cumplen.

Luchar por una causa exige a veces estar convencidos del valor de nuestras acciones, estar preparados para enfrentar los retos y sobre todo proponernos metas con logros a nuestro alcance.

La protección y conservación de la naturaleza puede ser una buena causa por la cual luchar, es una acción útil para la sociedad humana y las asociaciones de animales y plantas que nos rodean, podemos cosechar en toda la extensión de la palabra, frutos, productos, beneficios y satisfacciones. No es una actividad prohibida si la hacemos en los sitios donde corresponde, en el interior de nuestros hogares, en las calles de nuestra colonia, en nuestra escuela, en nuestro centro de trabajo, en los parques y jardines públicos. Además de los benéficos al ambiente y nuestra salud, podemos obtener beneficios económicos vendiendo las plantas y sus productos.

Tenemos mucho campo de acción en donde trabajar, sobre todo con niños y jóvenes mexicanos.

En Nahui Ollín – 4 Movimiento apostamos por la preservación no solo de los árboles y el medio ambiente en general, también nos ocupa la continuación a través de la difusión del México antigua, al autóctono, a nuestras raíces ancestrales como pueblo.

En algunas situaciones se conceden permisos para deforestar con la promesa de que se va a reforestar y acamban con habitats enteros

Foto: Predio de un ecositema de popal y tular (humedal) autorizado rellenarse para la construcción de un fraccionamiento.

Hace apenas unos cuantos años empezamos a ver por la televisión algunos programas que parecían ser sacados de la ciencia ficción en donde nos era mostrado un planeta feroz, en donde los elementos de la naturaleza se desataban para producir caos y destrucción. Al pasar del tiempo estos fenómenos de la naturaleza empezaron a ser mas cotidianos y los científicos nos explicaron que eran debidos en gran parte a la liberación excesiva de bióxido de carbono, producto de la combustión de energéticos derivados del petróleo por la industria y por los vehículos automotores, aunado a la destrucción de vastas extensiones de bosques, selvas y manglares.
Hace apenas unos cuantos años empezamos a ver por la televisión algunos programas que parecían ser sacados de la ciencia ficción en donde nos era mostrado un planeta feroz, en donde los elementos de la naturaleza se desataban para producir caos y destrucción. Al pasar del tiempo estos fenómenos de la naturaleza empezaron a ser mas cotidianos y los científicos nos explicaron que eran debidos en gran parte a la liberación excesiva de bióxido de carbono, producto de la combustión de energéticos derivados del petróleo por la industria y por los vehículos automotores, aunado a la destrucción de vastas extensiones de bosques, selvas y manglares.

DEFORESTAR Y REFORESTAR.

Foto: Solicitud ciudadana de corte de árbol; como se aprecia en la foto es el ultimo árbol en esta calle.
En algunas situaciones se conceden permisos para deforestar con la promesa de que se va a reforestar.

Deforestar es como cuando se dan permisos para la explotación de la madera. Muchos árboles pueden ser derribados, sin que necesariamente sean substituidos por otros más jóvenes.

Reforestar es sembrar árboles pequeños, con la esperanza de que algún día lleguen al estado de adulto. La vida de estos arbolitos recién sembrados estará influida por el azar, unos se secarán por falta de riego, otros serán pisados, devorados por las malezas, secados por los orines de los perros, acabados a patadas por los muchachos que juegan al fútbol, o por los coches o porque construyeron unos grandes edificios, etc.

Hay que sembrar 100 arbolitos para que al estado adulto lleguen siquiera 10, hay que ponerles barreras y guarniciones para su protección, hay que evitar los incendios por la acumulación de hojarasca seca y basura porque los árboles no reciben ningún cuidado.

Como la calle se amplió empezaron por tumbar todos los árboles. Se construyó la nueva colonia y vinieron los trascabos y desbarataron el cerro con todo y sus árboles, no dejaron nada. Hicieron un nuevo supermercado, la antigua huerta que ahí había ahora se transformó en plancha y mancha urbana, a cambio sembraron unos arbolitos, en los pasillos pusieron unas macetas con plantas artificiales.

Me dicen algunos de mis vecinos que el árbol grande del parquecito de enfrente ya estaba ahí cuando se conmemoraron 100 años de la batalla de Puebla en 1962 y según mi abuelo en 1921 cuando nació mi padre ya estaba ahí. Ese árbol merece mis respetos, yo no haré nada por causarle daño. Al contrario, si en mi está defenderlo lo haré con mucho gusto.
Foto: como se observa el daño es minimo y reparable, falta de conciencia y voluntad por parte del particular.

Experiencias observadas

Hemos observado como los árboles nativos y regionales se encuentran mejor adatados al embate de los fenómenos climatológicos mientras que los introducidos son mas susceptibles de ser derribados por los fuertes vientos o meteoros como huracanes, tormentas tropicales entre otros. Se constato que la mayoría de árboles derribados fueron almendros, ficus, palmeras, etc. Mientras que los árboles nativos resistieron las inclemencias del tiempo mejor a excepción de aquellos ejemplares que por cuestiones urbanísticas no incluyentes sufrieron mutilaciones en parte o totalidad de sus raíces o contrafuertes originando riesgos a la protección civil y terminando tirados o arrancados del suelo.

El reino vegetal en muy noble y se deja malear, los cuidados y mantenimiento preventivo a la floresta urbana es muy necesaria para evitar futuros daños y afectaciones que originan la solicitud de corte por parte de la sociedad civil, empresas privadas e instituciones publicas. Los árboles que reciben un mantenimiento adecuado y periodo generalmente no suelen originar situaciones que motiven a los particulares a solicitar el corte en el mejor de los casos ya que es frecuente encontrar personas que no solicitan la asesoria debida y mucho menos gestionan el permiso correspondiente ante la autoridad competente, por tratarse de zona urbana, al municipio.

Los motivos son variados; desde fracturas a la banqueta (vía pública), guarniciones, afectaciones a cableado, tuberías de agua, drenaje, arroyos vehiculares, bardas, muros, paredes, techos, cimientos, etc. Sin recordar que los árboles problamete ya estaban cuando nuestros padres eran niños.

Otra cuestión importante a destacar es la indiferencia por la inclusión y respeto de los árboles en en el sector de la construcción, fruto de la formación de generaciones con visión “limitada” de arquitectos que aprenden a diseñar sus soluciones en hojas blancas de autocad, sin considerar la realidad de que el espacio se combina e integra con elementos naturales variados como la orografía, hidrológica superficial y/o subterránea, tipo (composición) del suelo así como la vegetación misma. Para ellos un relleno, una nivelación y un desmonte es casa cotidiana para obtener su “hoja en blanco” de autocad sin comprometerse al reto global de contemplar la cobertura arbórea a la hora de plantar, proyectar y desarrollar un diseño arquitectonico. Sabemos que como en todo, hay sus honrosas excepciones con arquitecticos concientes de la problemática global y enfrentan el reto desde su trinchera creando diseños incluyentes y en armonía con la naturaleza; a ellas damos nuestro mas sincero agradecimiento y apoyo; a la corriente ortodoxa los invitamos a entrarle al gran reto que implica la inclusión de los árboles en sus diseños con la promesa que a la larga, este tipo de desarrollo urbanístico, tendrá mayor plusvalía sobre los proyectos no incluyentes.

También hemos observado como dependencias de diferente orden de gobierno, que por sus funciones requieren o necesitan podar o talar árboles, lo hacen sin guías técnicas ni programas de reforestación; tal es el caso de CFE y de SAS Metropolitano

Árboles nativos y árboles introducidos

Muchos de los árboles que viven en nuestras ciudades son nativos de México o de América, pero otros fueron traídos de otros continentes, todos tienen una utilidad, pero algunos presentan características que los hacen aún más valiosos.

Cuidar los árboles es una tarea de todos, porque a todos nos beneficia su presencia. Tu puedes contribuir a mejorar tu medio ambiente, sembrando árboles en lo sitios apropiados, en el jardín de tu casa, en la acera de tu casa, en tu escuela o en tu centro de trabajo. La recompensa será una ciudad de atmósfera mas limpia y menor calor en el ambiente.

Es muy importante recordar que siempre es mejor conservar un árbol nativo que reforestar con árboles que generalmente suelen ser introducidos.

viernes, 25 de enero de 2008

La importancia de los árboles:

Los árboles son importantes porque producen sombra.

Algunos producen flores que adornan nuestros jardines.

También producen frutos comestibles para el hombre y los animales silvestres.

Absorben el bióxido de carbono principal agente causante del efecto de invernadero.

Absorben humedad y contribuyen a regular el clima.

Los árboles son benéficos para la salud humana por ello merecen que los cuidemos.

UN RECONOCIMIENTO A LOS ÁRBOLES MAS ANTIGUOS DE BOCA DEL RIO, VERACRUZ Y MEDELLIN.


Este proyecto de trabajo está enfocado hacia la Educación Ambiental, participamos en | como promotores, los miembros de la Asociación Científica y Cultural Nahui Ollín 4 - movimiento, de Boca del Río, Ver.,con nuestros recursos y el auspicio del Instituto Mexicano de la Juventud en su Programa de Apoyo a Proyectos Juveniles 2007 ,del cual
somos beneficiarios.

La finalidad de este proyecto es que los jóvenes y niños enriquezcan su cultura acerca de la importancia de los árboles para la vida de las ciudades. No solamente como adorno o como paisaje sino su contribución a revertir los efectos de la contaminación ya que actúan de diversas maneras, como filtros que absorben los gases producto de la combustión de los vehículos automotores y las emisiones de las fábricas, produciendo sombra, protegiéndonos de las exposiciones a la luz solar directa, como hogar y sustento para animales silvestres y como una fuente de alimentación por los frutos que nos brindan.

Es también un objetivo dar a conocer los nombres científicos de familia, género y especie, los nombres vulgares, los sitios origen y la importancia comercial de las diferentes especies. Hacer un inventario de los árboles con que cuenta la conurbación Veracruz- Boca del Río- Medellín y hacer sugerencias a las autoridades en materia de Ecología para crear una mayor diversidad de especies y establecer preferencias por incluir en los futuros programas de reforestación a las especies que mejor cubran los requisitos y necesidades.

Se pretende también dar reconocimientos a los árboles mas monumentales, antiguos o históricos de los parques, jardines y calles, para que no como quiera los tumben en los proyectos de reordenamiento urbano, ya que nos brindan múltiples beneficios hay que aprender a respetarlos.

Es mas fácil señalar los árboles que se han perdido en las áreas urbanas y sub urbanas que los que se han conservado. Sólo recuerdos quedan de lo que fue el Penacho del Indio, recién fue deforestado El Novillero y se han perdido considerables extensiones de los manglares de Arroyo Moreno. El acelerado crecimiento de las ciudades reclama enormes espacios que antiguamente estuvieron forestados, pero que una vez en manos de los fraccionadores lo primero que se hizo fue dejar los predios totalmente pelones de vegetación para dar paso al así llamado urbanismo.

Casi nadie se detiene a ver si hay árboles históricos, como el árbol del Tule en Oaxaca o como el de la Noche Triste en el D. F., nuestra cultura ciudadana no nos ha alcanzado para tanto. No contamos siquiera con un inventario de árboles antiguos o del estado de conservación de la flora en los parques y jardines de la conurbación o de las nuevas necesidades de árboles para la reforestación. Esta sería sin lugar a dudas una tarea para las oficinas de Ecología y Desarrollo Urbano, no únicamente por la estética de las ciudades, sino como una manera de revertir los efectos dañinos de la contaminación ambiental, ya que cada árbol funciona como una máquina depuradora de la calidad del aire y de regulación del clima.

Pudiera parecer una idea descabellada credencializar a los árboles mas antiguos, digamos, inicialmente, los mayores de 50 años de edad que han tenido la fortuna de conservarse vivos. El objeto sería considerarlos monumentos vivos, testigos mudos de la historia reciente y reconocerles su valor como elementos útiles para la vida de la ciudad, para no mandarlos al diablo cualquier día que alguna autoridad de manera arbitraria los declare un estorbo para las nuevas necesidades en materia de urbanización.

Cada credencial para un árbol sería una ficha de identidad, sobre su especie, origen e importancia, un expediente médico acerca de su salud y sus necesidades, para ser desparasitado de plagas de plantas parásitas y hongos, para recibir abono, encalado, para tener su pequeña guarnición o aunque sea una banca para el descanso de los acalorados peatones o para leer el periódico. Para que puedan alojar nidos de pájaros residentes y migratorios, por qué no algunas lagartijas, tilcampos y ardillas.

Estos expedientes formarían parte de los activos de las oficinas de ecología municipales, constituirían parte del eje de apoyo en el manejo conjunto de parques y jardines, serían la vanguardia hacía una ciudad mas respetuosa de la vida de todos los seres vivos que en ellas habitan.